67 años vistiendo el olivar de un pueblo

(Por Maikel Cordero) A 67 años de distancia y tiempo, el verdeolivo en Cuba tiene un significado distinto a muchas otras partes del mundo.

De verdeolivo vistes, y llevas cerca a Fidel en primer lugar, y si portas una señal en rojo y negro, te conviertes en una de las luces que en el pasado, vieron nacer la esperanza con fusiles en mano, luego de desembarcar el yate Granma por Playa Las Coloradas.

Feliz analogía con el 11 de abril de 1895, cuando el apóstol puso pies en Playitas de Cajobabo, luego de múltiples dificultades en alta mar, para traer la libertad y la independencia a la llave del caribe, el desembarco del Granma vuelve por el sendero que conduce al oriente, la Cuna de la Libertad en Cuba, para lograr limpiar precisamente el lodo imperial y batistiano, de la figura de Martí.

La fe inquebrantable en la victoria hizo de este 2 de diciembre el primer arranque del Ejército Rebelde, que días después, con menos de diez fusiles, apostó por ganar la guerra al enemigo con las armas en la mano.

El mismo espíritu que hoy lucen nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias, carentes de la última tecnología de la maquinaria de guerra moderna, pero llenas de un espíritu que los grandes ejércitos del mundo conocen y respetan de cualquier enemigo grande o pequeño: la entrega total a la patria.

En el Granma llegó Fidel, el Che, Almeida y muchos otros compañeros de lucha. Pero también llegaron las energías que hoy impulsan a nuestros uniformados, tanto en las fuerzas regulares, como los jóvenes del servicio militar, milicianos, cadetes, civiles de la defensa, marinos, pilotos, docentes, personal sanitario, estudiosos e investigadores, técnicos, e incluso empresarios que mantienen la vitalidad de la primera línea de la lucha armada frente al enemigo.

Nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias, emanan de una unidad indisoluble con el pueblo, pues desde 1959, quien usa el uniforme verdeolivo es precisamente el obrero, el campesino, el intelectual, jóvenes y adultos de todas las regiones de Cuba.

Es la clave que garantiza el éxito en sitios tan complejos como la Sierra Maestra, el Escambray, la llanura cubana, Etiopía, Angola, o Namibia.

En este dos de diciembre, a 67 años del Desembarco del Granma, se convoca una vez más a un acontecimiento trascendental para la Patria, tan válido como los cohetes y granadas: se convoca a ratificar junto al Partido en su Octavo Congreso, la voluntad de mantenerse unidos en la construcción del socialismo próspero y sostenible.

Que se escoja el dos de diciembre, Día de las FAR, y Aniversario del Desembarco del Granma para convocar al Congreso del Partido Martiano, Fidelista, Marxista, Leninista, y único, es la prueba de que en Cuba la unidad es lo que ha evitado que el imperialismo ganara en la Sierra, el Girón, y en seis décadas de guerra económica contra un pueblo pequeño y a noventa millas.

Llegue a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas, y todos aquellos que alguna vez, hemos estado cerca del cumplimiento del deber, vistiendo el olivar de un pueblo en nuestra sangre, el abrazo fraterno, de toda una isla.